Como hace cuatro años.

Era el mundial de Alemania 2006, México llegó como uno de los posibles candidatos a ser campeón del mundo, sin embargo, en la primera ronda el tricolor califica con sólo cuatro puntos, en octavos se enfrenta a Argentina y con un golazo de Maxi Rodríguez los mexicanos quedan fuera de la justa mundialista con el marcador de 2-1 y eso que empezaron ganando con gol de Rafael Márquez.

La situación en el mundial de Sudáfrica, en cuanto a puntos, no es muy diferente, se califica con cuatro puntos (una victoria, un empate y una derrota), y Argentina es -nuevamente- el rival en cuartos de final. Por todo esto, se ha creado una especie de miedo tanto en la prensa nacional como entre los aficionados al futbol, donde reina un pesimismo tal que ya se está dando por hecho la eliminación de México en el mundial y se pinta a los sudamericanos como titanes invencibles.

Es cierto que Argentina tiene una delantera fuerte y acertada, entre Messi, Milito, Kun Agüero, Maxi Rodríguez, Iguaín y todavía Martín Palermo, pueden deshacer cualquier defensiva y marcar la diferencia en los partidos, por esto México deberá de contar con una media cancha reforzada y rápida que sea capaz de recuperar los balones y distribuir los mismos a los delanteros, que también deberán ser rápidos ya que la defensa albiceleste es bastante lenta y no tiene buen orden.

No hay porqué tenerle miedo a Argentina, para empezar Diego Armando Maradona no es el gran técnico que nos han querido vender en lo que va de Sudáfrica 2010, recordemos que hasta su misma gente lo quería fuera del banquillo argentino porque poco faltó para quedar fuera de toda aspiración de participar en el mundial, también no mal que dure cien años y cuerpo que lo resista, esta es la oportunidad para que México demuestre que tiene los suficientes elementos para ganar, al menos, éste partido, a pesar de la necedad de Javier Aguirre en alinear sólo a sus cuates en el terreno de juego, como Óscar Pérez y Guillermo Franco.

Nos vemos el próximo Domingo Argentina, ¡VAMOS MÉXICO!