sábado, 6 de noviembre de 2010

Miss Violencia.

Como si se tratara de un acto desesperado por lograr credibilidad ante un programa de combate a la delincuencia que ya muchos ciudadanos no legitiman, la nueva reina de la belleza mundial, y a la vez originaria de Guadalajara, Ximena Navarrete, afirmó en el transcurso de ésta semana que está concluyendo, que debe seguir el operativo anticrimen emprendido por el Gobierno Federal, para que así la inseguridad se acabe de una buena vez, es decir, atacando la violencia con más violencia.

Suena raro escuchar declaraciones como éstas por parte de quien ha concursado en un certamen donde lo único que quieren las participantes es "la paz mundial" (dicen), además de acabar con otro tipo de tragedias como la hambruna y la pobreza. En México, los operativos que buscan acabar con el narcotráfico ya están costando 30 mil vidas en cuatro años, donde también la impunidad y el abuso de autoridad por parte de la policía y el ejército, ya son un sello personal del gobierno de Felipe Calderón, encontrando así un paraíso en donde pueden llevar a cabo sus fechorías sin ser condenados por parte de las instituciones no importando así el dolor y sufrimiento de las victímas.

Niños y adultos inocentes que han muerto en manos de quienes cometen abusos de autoridad, así como el incremento de la impunidad del 500% en el lapso 2007-2009 según la CNDH, el incremento del poder del "Chapo" Guzmán destacado por la revista Forbes y el narcotráfico descontrolado en el país, son elementos para argumentar que el combate a la delincuencia no debe seguir tal y como se está operando, e incluso para negar que se está ganando la batalla. Al mexicano común le importa más el tener empleo y que no vaya a ser asaltado en la esquina de su casa, que acabar con los capos del negocio de la droga, sabiendo así que de todas maneras no obtendrían un beneficio ya que sus demandas no se verían satisfechas.

El gobierno federal debería tender la mano al ciudadano para que así el país pueda avanzar, si en verdad los gobernantes quisieran acabar con la delincuencia, estarían llevando a cabo un plan de desarrollo económico y social en el cual exista la igualdad de oportunidades, es decir, donde uno se pueda dedicar a lo que desee para poder vivir dignamente con su trabajo y salir tranquilos a las calles. Cabe destacar que el ciudadano debería ser más participativo en las decisiones que toman los legisladores y el poder ejecutivo mediante organizaciones que vean por el interés de los mismos, para que los políticos en verdad se pongan a trabajar por el bien del votante.

La violencia no se ataca con más violencia, ya llevamos cuatro años sangrientos y la cosa se pone cada vez peor, mientras siga la terquedad por parte de Felipe Calderón acerca de su combate anticrimen, gente que diga que se debe apoyar éste programa y una ciudadanía apática, nuestro país se seguirá hundiendo en la desgracia perdiendo así el rumbo y ver a la vez, como otras naciones nos rebasan en el marco mundial.