Con repudio, los panistas vieron la manta que presentaron los diputados del Partido del Trabajo (PT), donde de forma polémica, llaman a la sociedad a que exijan la renuncia de Felipe Calderón tomando su problema de alcoholismo y preguntando al mismo tiempo el porqué dejar a un borracho conducir al país si a una persona en estado etílico no le permitimos manejar nuestro vehículo.
A los políticos panistas les parece más ofensiva una pancarta que el tener, en diez años, a México sumido en la peor crisis de su historia en todos los ámbitos y todavía decir que trajeron un cambio democrático. No les parece vergonzoso defender una guerra que se está perdiendo y que ha dejado sangre, ver a millones de personas trabajando en la informalidad, nula libertad de expresión y que vamos perdiendo competitividad ante otras naciones que creiamos peor, llámese Irlanda, Brasil, Argentina, Venezuela o Sudáfrica.
Hay un tinte hipócrita entre el enojo de los panistas, sus militantes han dicho declaraciones ofensivas hacia la ciudadanía y contrincantes políticos, ejemplos claros son Vicente Fox Quesada, Emilio González Márquez, Diego Fernández de Cevallos, Francisco Gil Díaz, Xóchitl Gálvez, Juan Molinar Horcasitas, Felipe Calderón, entre otros. Actos como mentadas de madre, guerra sucia electoral, señas obsenas, discriminación hacia ciertos géneros y grupos étnicos, violación al Estado laico, intolerancia ideológica y clasismo son algunas cosas que ha cometido aquel grupo que se dice respetuoso y de buenas costumbres.
Por el otro lado, el PT debe cuidar su imagen, aunque argumenten sus legisladores que están defendiendo al "pueblo" de México, lo de presentar la manta el día de hoy se ha convertido en alimento para sus detractores, tanto quienes apoyan a Andrés Manuel López Obrador como quienes odian al ex candidato tabasqueño, principalmente estos últimos.
Desde hace tiempo, el Palacio Legislativo de San Lázaro se ha convertido en una especie de circo que exhibe la devaluación política en nuestro país, ya que han perdido la brújula del por qué están ahí y solo piensan en ellos mismos, reflejando de esa forma a una sociedad que no es capaz de exigir mejores resultados a quienes mantienen con sus impuestos.
¡Y nos quejamos de Top Gear!
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