Muchos de ustedes saben sobre mis críticas hacia el gobierno encabezado por Felipe Calderón, pero en esta ocasión estoy parcialmente de acuerdo con que las personas físicas puedan deducir el pago de las colegiaturas, desde el preescolar hasta el bachillerato, aunque si es un apoyo para la economía familiar, la medida no debe ser vista como un gran avance en la educación del país.
Veremos un verdadero cambio en la forma de enseñar en México cuando tengamos maestros mejor capacitados para desempeñar sus funciones, colegios con instalaciones adecuadas para que los alumnos tengan las herramientas para formarlos como personas de valor, que sea verdaderamente laica y gratuita y un sindicato de trabajadores de la educación sin Elba Esther Gordillo.
Otro aspecto a corregir es la fuga de "cerebros" hacia el extranjero, la falta de oportunidades y calidad educativa genera que nuestros estudiantes busquen una mejor preparación en el extranjero.
Eso sí, con la deducción de las colegiaturas, la baja en la matrícula estudiantil se podría ver reducida, pero hay que tener cuidado, porque las escuelas podrían aumentar sus cuotas, ya que estarían obligados a pagar impuestos.
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