viernes, 9 de diciembre de 2011

Ignorancia al Tercer Grado.

La libertad de expresión es ése don precioso que tenemos como seres humanos para dar a conocer nuestros pensamientos, ideas, conocimientos, opiniones, sentimientos, entre otras cosas que nos sirven para comunicarnos y así construir un entorno de respeto que lleve a nuestras comunidades a ser mejores.

Lo malo es que a veces creemos que la libertad de expresión nos da el derecho de poder insultar a las personas que no piensan igual que nosotros, de ahí se pierde todo valor moral el cual, que a mi criterio, es la espina dorsal para cualquier situación de la vida, ya que con esos valores podemos encontrar soluciones para cualquier problema que nos topemos.

El motivo por el que hablo de libertad de expresión y valores morales es que durante la transmisión del programa "Tercer Grado" que pasan en Televisa los Miércoles al terminar el noticiario de Joaquín López Dóriga y la columna de Carlos Loret de Mola publicada el Martes 6 de Diciembre, carecen precisamente de eso, al llamar "ignorantes" a quienes hemos criticado no sólo los tropiezos de Enrique Peña Nieto en cuanto al tema de su falta del hábito de la lectura, los comentarios en Twitter de su hija y hierno, así como su mal lograda gestión como gobernador en el Estado de México, y eso es grave, porque los medios de comunicación son para darnos a conocer todo lo que sucede en el Mundo así como en nuestra zona de residencia, así como quienes nos dan su opinión respecto a los acontecimientos que más trascienden en la vida de nuestro país deben de utilizar un discurso que fomente al análisis, la comprensión y la formación de criterio para el receptor.

Manipulaciones mediáticas como lo hacen los analistas políticos de los principales medios de comunicación del país, hacen ver la grave crisis que se vive actualmente en cuanto la falta de información honesta así como la poca aversión que existe hacia la lectura, esto lo han sabido aprovechar perfectamente tanto quienes están en el poder gubernamental así como las televisoras, las estaciones de radio y los periódicos, teniendo como premisa la máxima de "una sociedad iletrada es fácil de manipular".

Ahora ya sabemos cual es el grado máximo para poder medir la ignorancia, pero todo queda a su percepción.

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