Mientras que en México más del 60% de la población vive en condiciones de pobreza, registra una migración de 500 mil personas al año y un poder adquisitivo más disminuido en 20%, la revista estadounidense Forbes, volvió a designar al magnate mexicano Carlos Slim Helú como el hombre más rico del mundo.
Ojalá que el empresario de origen libanés hubiese hecho su fortuna atendiendo nichos de mercado no explorados por la competencia, con una excelente atención al cliente, ofreciendo productos de buena calidad y generando empleos bien remunerados donde además la gente tenga oportunidad de crecimiento. Pero no es posible, es bien sabido que el señor Slim ha hecho crecer su riqueza gracias a gobiernos que lo protegen de competidores para así operar con monopolios y oligopolios, cayendo en un acto ilegal puesto que la Constitución de nuestro país lo prohibe en el artículo 28.
Cabe señalar que los servicios hacia el cliente por parte de las empresas de Carlos Slim son pésimos, sobre todo si se trata de Telmex y Telcel, cuando uno tiene un inconveniente realmente es tratado como la peor basura que existe porque recibimos groserías, una atención lenta, mal hecha, entre otros desperfectos que se tienen que hacer una larga lista.
Ni se diga de las promociones de la telefonía celular, te dicen una cosa y realmente es otra.
Por mi parte no considero que sea bueno celebrar el repetido nombramiento de Carlos Slim, por el contrario, habría que dejar de consumir lo que venden sus empresas siendo un consumidor exigente que demanda un nuevo y mejor servicio.
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