Emilio González Márquez, gobernador de Jalisco, podría enfrentar un juicio político por una inciativa del diputado priísta David Hernández Pérez, bajo el argumento de haber tomado propiedad de la nación (playas y carreteras) en la zona de Costa Alegre (Jalisco) para un proyecto particular, donde participa la familia del compadre y otrora Secretario de Desarrollo e Innovación, Herbert Taylor Arthur.
Y es que Emilio lo tendría bien merecido, su gobierno se ha destacado por ser para unos cuantos (amigos, familiares y el cardenal Juan Sandoval) para que estos hagan negocios a sus anchas, mientras Jalisco sufre del resago social y económico que va creciendo día con día. Basta con recordar las donaciones millonarias a Televisa, TV Azteca, al clero, y por supuesto, la mentada de madre que nos lanzó por no estar de acuerdo con que el gobierno diera recursos para la construcción del "Santuario de los Mártires Cristeros".
En lo que va del sexenio del gobernador panista, jamás, pero jamás se había visto tan violada la figura del Estado Laico, Emilio ha usado puesto para emitir declaraciones personales las cuales obedecen a ideologías radicales católicas, y no sólo eso, trata de cambiar la constitución de Jalisco para que las personas con preferencias sexuales diferentes no tengan los mismos derechos que los heterosexuales, como si las leyes jurídicas se basan en lo que él y su jefe el "cavernal" llaman leyes naturales, trayendo con esto un entorno social más desunido e intolerante.
Ojalá que ésta iniciativa de juicio político busque hacer justicia al abuso de poder que ha cometido Emilio, tanto para los pobladores de Costa Alegre como quienes han sufrido de sus ataques, recordando así que existe una democracia donde se escucha la voz de la sociedad a través de sus representantes y que los privilegios particulares no deben pasar encima de los sociales.
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